¡Pues nos llegó la hora! El de volver a ilusionarse y disfrutar de un día tan especial como el de las cabalgatas de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente.
Este año vivido de una forma diferente, ya que hemos participado en el desfile con nuestra propia carroza “El Grinch”.
Una vez más los hermanos de la Sentencia, sus familias y amigos se unieron para disfrutar del día, compartir un pequeño almuerzo y empezar con la puesta a punto de mujeres y niños, para que seguidamente le continuaran los hombres con unos atuendos más sencillos. Pues como si un día de la cruz se tratase, el cuartel se sentía vivo, cargado de nerviosismo y desbordado de felicidad, pero esta vez no era para hacer unas reverencias o vestir unas posturas, ahora tocaba participar en la cabalgata de Reyes y repartir felicidad y alegría por las calles de nuestro pueblo.
Cierro los ojos y me lleno de alegría recordando el pasado día cinco, día para enmarcar en el recuerdo, donde nunca se me olvidará la cara de todos mis hermanos disfrutando y rebosando felicidad, de las mujeres de mis hermanos donde se involucraron para que nuestra carroza no le faltara colorido y originalidad, a los familiares y acompañantes que nos enriquecieron con su compañía, y los protagonistas y motivo de este evento, a los hijos e hijas de mis hermanos donde la ilusión de este día les hacía brillar los ojos, donde ya van aprendiendo que en sus vidas tienen dos familias, una la de sangre y otra la grande, la del cuartel.
Y como colofón a todo esto, vivir estas vivencias junto a mi hijo, hija y mujer, piezas angulares en mi vida y fuente de felicidad.
Lo bueno de todo esto hermanos es que esto acaba de empezar, disfrutemos el momento que la vida es un “chisquío”.
¡Un fuerte abrazo!
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