Estamos en la cumbre de nuestra cuaresma, tan solo nos quedan cinco días para vivir la semana más grande de nuestro pueblo, ya deberíamos estar sacando las túnicas de rebateo, dándole los últimos retoques a los ropajes de los costaleros, sacándole brillo a los instrumentos de los músicos, esos que inundan los oídos con esas dulces melodías, nerviosos por lo que se acontece, por lo que se acerca, por todo lo que nuevamente echaremos de menos.
Hoy podría haber sido un día grande para nuestra Corporación, lleno de emociones, sentimientos y tradiciones. Hoy, tendríamos nuestro peculiar pregón de la Sentencia a cargo de nuestro hermano David Bascón, donde reflejaría fielmente las tradiciones mananteras. Luego, tendríamos la famosa comida con nuestros padres, esos que han dado y dan toda una vida por nosotros, los cuales nos han ido inculcando poco a poco lo que entraña la palabra “mananta” y compartiendo con nosotros cualquier ápice de sabiduría.
Los Sábados de Pasión siempre me viene a la memoria miles de momentos, las palabras de emoción de nuestros padres mientras comparten mesa con nosotros, lo orgullosos que están de ver cómo vamos evolucionando, el placer que sentimos de tenerlos a ellos a nuestro lado, cantando y compartiendo esta bendita tradición.
Esta sexta y última pata cuaresmal no puede ser otorgada a otro hermano que no seas tú. Un hermano peculiar y carismático, que nos transmite alegría cuando estamos a su lado, una persona que siempre lleva una sonrisa, que comparte con nosotros cualquier sentimiento y que tal día como hoy, seguro que extraña no poder compartir mesa con su padre.
Hermano, hoy vas a tener el placer de descolgar la última pata, como las tradiciones siempre se ha dicho que pasan de padres a hijos, me consta que tu padre abrió la cuaresma en su cuartel y hoy eres tú quien la cierras en el nuestro.
Me gustaría que cuando veas la pata en tu casa, te acuerdes de que aquí siempre tendrás a treinta y un hermanos dispuestos a compartir cada momento, que están contigo en cualquier circunstancia y que en estos tiempos difíciles te echamos de menos. No cambies nunca tu forma de ser, ya que añoramos esas cosillas que nos unen, esas melodías que te inventas que hacen que no podamos dejar de sonreír.
«¡Un fuerte abrazo para el hermano Santiago Gil León!»
Ezequiel Migueles Ruiz
Presidente de la Corporación
Enhorabuena hermano! Un fuerte abrazo para ti y tu familia