Crónica de una noche con la Sentencia
El pasado sábado día 5 de Abril, nuestra corporación de los Apóstoles, tuvimos la suerte de compartir una noche extraordinaria con la Corporación Bíblica “Los Doctores de la Ley”, grupo “La Sentencia”.
Una noche que prometía grandes momentos vividos en hermandad, y pasada las nueve de la noche y terminada la junta oficial que cada sábado tenemos, los hermanos de la Sentencia, los cuales esperaban en las mazmorras, subieron a nuestro cenáculo, donde tras recibirlos entre abrazos y saludos, empezamos la noche con nuestras tradicionales uvitas y tapas, intercaladas con dos tocatas antes de la subida al Calvario, escuchándose saetas de ambas corporaciones.
Antes de la subida al calvario, ambos presidentes tomaron la palabra para hacer entrega de un presente para que conste en las paredes de cada corporación, las intervenciones amenas, fueron acompañadas por el decano de la Corporación de “Los Apóstoles”, Miguel Martín Flores, que, pese a su avanzada edad, no dudo en bendecir la mesa y hacernos participes de su extraordinario voz en la saeta y su experiencia manantera, con unas enriquecedoras palabras.
En la subida a Jesús, y como es tradicional, ambas corporaciones entonamos la saeta coreada “Alondras y Ruiseñores”, en la esquina de la Parroquia de la Purificación. Para posteriormente ir haciendo las parada tradicionales y la visita al Pórtico de Jesús, para que cada hermano hiciera en silencio su oración. Volviendo al cuartel, no sin antes realizar la tradicional parada y foto en la Plaza de la Veracruz.
De regreso al cuartel, pasamos a la última tocata de la noche, donde de nuevo salieron a relucir saetas extraordinarias, donde diversos hermanos, nos mostraron el estilo apostólico en sus saetas cuarteleras.
Seguidamente se dio lectura del Evangelio por parte del hermano de la Corporación de los Apóstoles “Paco Morales”, que nos deleitó como siempre con su buen verbo.
El Momento de la pata, de nuevo volvió a ser de gran emotividad, donde cada presidente, entregaba la pata de su corporación para que quedara constancia del gran momento vivido entre ambas corporaciones.
Tras copas, abrazos de hermandad, dimos paso a los fresquitos de esta noche, y a ratos de verdadera hermandad, durando estos hasta bien entrado el amanecer, donde para reponer el desgaste de la noche, pudimos degustar unos huevos fritos con patatas.
Momentos inolvidables de hermandad, vividos entre ambas corporaciones, donde entre las tocatas, el sonar de las cadenas del demonio y muerte, las saetas cuarteleras vividas, mezclado con el rico néctar y alguna que otra copita de anís, podemos decir que la noche fue inolvidable e irrepetible.
¡Gracias hermanos de la “Sentencia”!
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