Voy camino al grupo, con la ilusión de un niño con un juguete nuevo. Me consta que el primer almuerzo con las madres de la Corporación ha estado a la altura de lo que ellas merecen, sin duda se repetirá y para la próxima no pienso perdérmelo. Era el preludio de lo que la noche nos iba a deparar. Antes del tapeo, reencuentro en la barra con hermanos “forasteros” que pueden venir menos de lo que les gustaría a nuestra Bendita Casa-Cuartel: Carlos Jiménez y Víctor Migueles.
Una copa de vino, un abrazo, una charla… ¡con qué poco es feliz uno sin saberlo! Transfiguración comienza con el toque de nuestro presidente al llamador que marca la entrada al salón, donde se disfrutará de un intercambio de cuarteleras, como los “viejos tiempos” en calle Santos 43, en las que unos y otros nos pisamos en lo que parece un desorden sin control que está más controlado de lo que parece. Las miradas van marcando al cantaor que pondrá voz a la cuartelera.
Canticos, coplas, BRINDIS ¡qué cosas tan simples y qué grandes al mismo tiempo!
Sin darnos cuenta, llega la hora de subir al Calvario, cerquita de Nuestro Patrón. “Id apurando las copas” -dice Ezequiel-. Pero el salón tarda más de lo normal en abandonar la mesa, parece que sabemos lo que nos queda de Cuaresma.
Frente al pórtico hay encuentros con familiares, amigos, hermanos de diferentes corporaciones, brindis, abrazos, fotos, cante…
Ya de vuelta en la Plazuela de Lara esperamos impacientes a que pase el Gallo de Los Ataos y su fila de túnicas negras para acudir a nuestra segunda cita con Cerrillo 50-52. El cansancio y las horas se van notando. “Migueles, aligera que mañana trabajo” -le decía al presidente sin saber lo poco que le quedaba para nuestra Sentencia-.
Paco “Palmita” nos recita con su arte la poesía del “Forastero” y, seguidamente, un hermanito de Moriles, Ricardo, se levanta muy agradecido para demostrarnos su alegría por haber podido vivir Transfiguración con los hermanitos de Los Doctores y recibe un detalle de parte de la Corporación para Antonio Doblas (Bodegas Doblas), quien nos sirve el licor que riega nuestros corazones. Promete volver y nosotros así lo deseamos.
Instantes después el ambiente se templa, nos preparamos para el culmen. A nuestra Vieja Cuaresmera se le quitará una pata más. La tercera de esta Cuaresma. Ni ella ni nosotros nos imaginábamos que este año sería la última. Transfiguración se convertiría en un Domingo de Ramos adelantado. Transfiguración sería para Los Doctores de la Ley, para Puente Genil el final de una Cuaresma a la que le quedaba aún más de la mitad de los días. El Presidente se encarga de preparar el ambiente, luces apagadas y solo un foco hacia el atril, a sus espaldas también se ilumina el Señor de los Afligidos.
“Me consta que este año está siendo un tanto extraño para ti”.
Sin imaginar que pudiera ser yo, se me hace un nudo en la garganta. Pero no fue hasta unas líneas más adelante cuando me doy cuenta de que me estaba señalando con el dedo, cual Pilatos, desde que empezó.
“He tenido el placer de compartir contigo costal con el Señor de la Caña, aunque no en la misma trabajadera, ya que para ser del ‘FUTBOLIN’ hay que tener mucha categoría”.
Esa palabra se me clavó como una espina. Y me dejo roto.
Habiendo visto lo que viene a continuación muchísimas veces y sabiéndolo de memoria, me levanto de mi silla sin saber qué hacer. Eso sí, no me olvido de llevar conmigo mi copa, porque para dirigirme a la mesa me va a hacer falta notarla temblar en mis labios 2 o 3 veces. Sin titubear prefiero empezar leyendo la Palabra de Dios para darle tiempo al cerebro a procesar lo que me acaba de pasar. Mi móvil suena, no para. Mi novia me llama impaciente porque son ya más de las 2 de la mañana y el despertador sonará temprano. Pero yo como me voy a ir de aquí… son mis hermanos los encargados de silenciar esa llamada y de comunicarle lo que nuestra Vieja Cuaresmera acaba de hacer conmigo, 10 años más tarde me Sentencia con mi segunda Pata.
No puedo hablar, respiro hondo, bebo vino… Y me abro en canal. No hay palabras para agradecer a mis hermanos todo lo que hacen por mí y por mi Corporación. Porque con ellos, lo sueños se hacen realidad. Porque hace 10 años no hubiera sido capaz ni de imaginar que sería nombrado Pregonero del Domingo de Ramos junto a mi hermano Antonio Luque el mismo año en el llegaría a nuestro grupo de Picoruchos la corporación de “Los Doctores de la Ley”, porque era impensable hace 10 años que en la cuaresma de 2018 estrenaríamos una Casa-Cuartel en mitad de la cuaresma, que ese año cumplirían 100 años nuestras figuras. Y que en ese nuevo salón, mi padre y mi hermano pondrían en mi corazón la insignia de los 15 años en La Sentencia de Jesús. Y por infinidad de momentos con mis hermanos, emoción, risas, costal, cante, tertulia…
Porque ellos son mi familia sin llevar mis apellidos.
¡Viva Los Doctores de la Ley
Viva el Señor de los Afligidos
Viva el Grupo…
… y viva la madre que os parió!
Cuando habla el Corazon….