Hace unos días…y coincidiendo con la festividad de San Martín, hice lo posible para sacar un ratito de calidad en el día para tener a mi peque encima. Pude disfrutar de su respiración, su olor, sus ruiditos, su calor y ese amor tan grande que….en fin, aquí ya muchos saben de lo que hablo.

Por otra parte, tenía una espina pendiente con mi otra pequeña; mi Sentencia, pero debido a la lejanía, no quería que esa cita fuera en un día cualquiera. Y es que muchas veces, aunque parezca una tontería, he llegado a mi pueblo casi descolocado, como un ausente, un forastero o como dirían mis hermanos: un “guiri”. Solo vuestros abrazos, bromas y cariño me han devuelto a la realidad.

Esta vez, quería hacer las cosas bien y empezar a ensayar con tiempo, pues han pasado casi 2 años después de nuestro último abrazo. Nerviosos e ilusionados, Martin y yo nos sumergimos en “El Silencio que oprime mis deseos”…esa obra de arte que hace de todo menos estar en Silencio.

¿Cómo le cuento yo a esta criatura sobre la Sentencia? Apenas sonaron las primeras notas y la emoción ya me había recorrido todos los sentidos. ¡Qué voz más bonita tiene Urbano! ¡qué poesía con más arte narraba Ruiz!… ¿qué hace Sergio que no se dedica a esto? Increíble, indescriptible, sin palabras.

Allí seguíamos emocionados y sin perder detalle. Los hermanos nos contaban como era el Domingo de Ramos, una Saeta al Humilde, el Presidente ejemplo nos daba, y otro hermano del pasado, presente y futuro nos contaba… y más cante, más poesías, más dulce melodía, mas fotos que lagrimas derramaban… obra de arte, Sentencia de mi vida. Palabras de Esperanza, una mirada al Terrible desde tu rostrillo, ¡se pare el tiempo…se haga el Silencio! Incluso ¡nos fuimos con Chache a la Puente! … ¡menos paso! ¡Que no quiero que este sueño termine! Tal era el momento de Gloria que pude disfrutar de esos padres y madres que ya nos cuidan desde el Cielo. Así en el Cielo como en la Tierra, GRACIAS a vuestros padres y madres por haberme dado el regalo de teneros en mi vida.

Las notas de piano se me clavaban como vuestros abrazos. ¡Qué caras! ¡Qué alegría…! ¿Has visto Martin? eso es lo que os he contado desde el primer día.

Gracias hermanos por todo lo presente y todo lo que me habéis dado hasta hoy. Estoy seguro que lo mejor está por venir. Gracias a todos los que habéis hecho posible esta maravilla que quedará para la historia de la Sentencia. Gracias a todos los que han participado con sus videos, a los precursores, a los que no se rinden, a los que aportaron sus palabras, sus fotos, comentarios e incluso abrazos, que sin saberlo hicieron posible este sueño.

Y mención especial para nuestro hermano Sergio, que ha sabido dar vida a este sentimiento de una forma nunca vista…

Y como dijo el maestro, nuevamente GRACIAS:

“Vosotros sois el cimiento

Que a nuestra Mananta apoya

Y siempre seréis ejemplo

Trabajando… y en las sombras”

Amén.

«…gracias…”

Gregorio Triviño Luna

Hermano de la Corporación

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